El tiempo que sea necesario
Yoga consiste en ir eliminando los movimientos mentales, las fluctuaciones que nos alejan de quienes somos en realidad, toda la narrativa, todas las historias , todas las cosas con las que nos identificamos ajenas a quiénes somos en realidad, y reemplazarlas por un acceso directo a nuestra naturaleza esencial, a quién soy.
¿Y cómo lo conseguimos?
Abbhyasa es una palabra en sánscrito que se traduce como práctica y práctica es una palabra en castellano que se define como habilidad o experiencia que se consigue o se adquiere con la realización continuada de una actividad.
¿Qué requiere dicha habilidad o experiencia para ser adquiridos? De tiempo y de esfuerzo y una de las definiciones de esfuerzo es el empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades. Por lo general, esforzarse resulta imprescindible si se quiere tener éxito.
El objetivo de lo que practicas puede ser muy variado. En yoga practicamos el control mental. Partimos de la base de que la mayoría del tiempo somos esclavos de nuestros pensamientos y que lo que nos hace poco felices viene creado por la tendencia mental a crearnos historias en las que basamos una existencia que solo es real en nuestras cabezas.
Pero puedes practicar otras cosas: aprender a moverte de forma que te duela menos la espalda, una respiración que te ayude a reducir estrés, hábitos de comportamiento saludables….
En cualquier caso si tu objetivo es de carácter, digamos, espiritual, en la línea de crear una consciencia que te ayude a desidentificarte de pensamientos e historias, más en la línea de la propuesta del yoga, te diré que la propia práctica en sí misma tiene poco de espiritual.
La práctica es la que prepara el terreno, lo remueve, lo agita, lo abona y lo hace fértil… tu intención u objetivo es la semilla que plantas y lo que riegas y abonas cada día a través de tu práctica e intención será lo que obtengas: rencor, inquietud, desconfianza, amor, alegría, paz, guerra, ilusión, energía, desesperación, esperanza. ¿Qué practicas? Lo que practiques recibes. Lo que tienes, das.
Venga esta introducción al caso para recordar que el tipo de habilidad o la experiencia que ganas a través de la práctica dependerá solo y exclusivamente de lo que decidas practicar
Pongamos que nuestro objetivo es librarnos un poco más de lo incómodos que resultan a veces nuestros pensamientos. Para ello debemos adquirir ciertas habilidades sobre el control de nuestra mente. Familiarizarnos con el papel de observadores de las películas y tramas que se van proyectando y darnos cuenta, poco a poco, del efecto que terminan ejerciendo sobre nosotros.
Los pensamientos que como las burbujas de un jacuzzi van emergiendo (Vyutanas en sánscrito, Patanjali los menciona en el sutra 3.9) son inagotables. Unos son el resultado del residuo que han dejado las experiencias que hemos ido viviendo desde que llegamos a este mundo (todo lo que has vivido, desde lo más insignificante, deja una huella) pero puede darse el caso , si te encaja la teoría de varias vida, que sean de vidas pasadas.
El primer paso para ejercer control mental es ir quedándonos con los pensamientos que nos nutren de forma positiva y descartar conscientemente los que no nos sirven. De esta forma los samskaras (esas huellas) que vayan quedando, las semillas que vas colocando ahí en tu jardín mental, serán las que terminan floreciendo en algo bueno.
Patanjali en sus Yoga Sutras nos propone varias técnicas. Sus 196 aforismos están basados en eso. Su yoga de los 8 pasos desarrolla dichas técnicas. Pero de lo que nos ocupamos aquí hoy es de un aspecto fundamental que Patanjali menciona en el sutra
सतुदीगकर◌्ालनर>ैयस?@ाराAसेवतोढ*भूम:
sa tu dirgha kala nairantarya satkara asevito drdhah bhumih 1.14
La práctica se hace firme en su fundamento cuando es bien atendida por largo tiempo, sin interrupciones y con dedicación
Narantarya: para que la práctica quede establecida debe hacerse sin interrupción. Si consideramos que tenemos que tomarnos descansos de vez en cuando o los argumentos para el no practicar nos resultan lo suficientemente convincentes, quizás hayamos caído presa de nuestra propia narrativa. O estemos practicando de manera inadecuada.
Además dice que ha de mantenerse durga-kala, es decir, durante mucho tiempo. De hecho, en el Gita se menciona que la práctica solo será exitosa tras varias vidas…. Es decir, ¿cuánto tiempo es mucho tiempo? Cambia cuánto y mucho por todo (el tiempo)
También dice que la práctica ha de realizarse bajo los aspectos satkara-asevitah: con respeto y devoción. El objetivo lo merece. Tú lo mereces.
Citta , tu mente, es una cualidad interna que hace consciente y organiza la información que recibe a través de los 5 sentidos relativos al sonido, gusto, oido, olfato, la experiencia relativa al movimiento de objetos proporcionado por los órganos de acción y la percepción de dolor y placer inherente a los órganos internos.
Edwin Bryant en su comentario sobre los Yoga Sutras equipara citta a un jardín, sattva (la cualidad de la materia luminosa y calmada) a las flores más hermosas, rajas (la cualidad de la materia agitada y desordenada) y tamas (la cualidad de la materia pesada, densa y oscura) a las malas hierbas. Cualquier jardinero sabe que mantener un jardín cuidado y libre de malas hierbas requiere de trabajo diario y dedicación. Es más, este trabajo no puede detenerse ni descuidarse nunca puesto que si no el jardín sería presa de las malas hierbas rápidamente. Incluso el más hermoso de los jardines termina convirtiéndose en un despojo de matorrales si se deja inatendido durante un tiempo.
El trabajo del yogi con la mente es el del jardinero. Si se descuida la cualidad sattvica, que con tanta dedicación conseguimos ir cultivando, ésta es arrasada con rapidez por rajas y tamas. Esto sucede porque los samskaras, las impresiones del pasado, residen durmientes bajo la superficie, latentes en el estado subconsciente, y pueden reactivarse rápidamente si no se está atento (todo aquello que nos hace reaccionar y que a base de reacciones repetidas refuerzan patrones fruto de antiguos samskaras), es decir, si no nos damos cuenta. De ahí que la práctica de darnos cuenta haya de realizarse de forma ininterrumpida durante todo el tiempo.
Algunas veces no lo conseguiremos, pero estaremos cada vez más cerca y cada vez nos sentiremos más libres del condicionamiento de las tendencias tan arraigadas en nuestra propia mente.
En esos 8 pasos que propone Patanjali hay 5 que dependen directamente de lo que nosotros hagamos con ellos: Yama, Niyama, Asana, Pranayama, Pratyahara. El resto, dependerá de cómo nos manejemos con los 5 primeros.
Conviene que los aspectos de Yama y Niyama estén presentes de forma continua en tu día a día. La práctica de asana y pranayama como gesto de higiene interno y de repaso de nuestra pradera mental, lo máximo posible. Es decir, más días sí que no. Y como no es sencillo, los sutras de Patanjali nos ayudan proporcionándonos una hoja de ruta factible…
Pero la idea de esta reflexión es recordarte que si quieres que funcione lo que sea que has puesto en marcha para lograr tu objetivo, has de llegar para quedarte.
CONTINUARÁ
Me gusta esta idea de virar nuestra mente y tu enseñanza para ayudarnos a hacernos más livianitos. Las palabras abren surcos y en tu texto nos muestran el camino nuevo. Mucha claridad para decir, apoyada en tu constante hacer. Al infinito!!!
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