Hacia donde se dirige tu mirada
Se dirige tu atención.
La mirada, que elemento más poderoso. Cómo miramos, hacia donde miramos, qué revela nuestra forma de mirar. Es difícil mentir con los ojos porque revela mucho más de lo que somos conscientes….
A lo mejor te has dado cuenta de cómo tu mirar puede afectar a tu estado interno. Cuando tus ojos divagan de un lado a otro sin terminar de posarse en un lugar buscando información, una referencia externa, un punto de apoyo también lo hace tu mente desvelando o creando agitación interna. En las clases se ve muy bien cómo los alumnos que están más conectados con su cuerpo no necesitan ese mirar casi ansioso que les de la información que su oido, luego su mente y finalmente su cuerpo pueden recoger, asimilar y expresar. Necesitan la referencia visual. Y esa búsqueda constante de referencia visual evidencia un estado de desconexión interna. Si les haces cerrar lo ojos, se sienten perdidos. Si no veo, no entiendo.
El contenido mental interno se refleja a través de la mirada. Por eso con los ojos solo es posible decir la verdad. Hay miradas tristes, profundas, oscuras, luminosas, limpias, difusas, inquietas, nerviosas, calmadas, alegres, conmovedoras y frías que nos muestran tal como somos. De verdad.
Ashtanga yoga es un sistema con una hoja de ruta muy clara y el tema de la mirada forma parte fundamental de su forma de entender la práctica. Drishti significa “visión” o “percepción” y su función es la de dirigir la mirada hacia un foco único de atención para influenciar tanto en lo que ves como en tu modo de verlo. La raíz dr se traduce como “colocar o sostener” y la forma en la miramos en la práctica no es tanto fijar la mirada en un punto como permitir que dicho punto sostenga nuestra mirada. Un lugar para que nuestra mirada “descanse” y de esta forma lo haga nuestra mente, puesto que un estado de atención plena solo es posible cuando la mente descansa y no cuando mira con fija intensidad.
El Yoga Korunta establece 9 drishtis o lugares de atención:
- Punta de la nariz, nasagra
- Entrecejo, brumadhya
- Ombligo, nabhi chakra
- Manos, hastagra
- Pies, padara
- Derecha, parsva
- Izquierda, parsva
- Pulgares, angustha
Una función básica de nuestro aparato visual es que nuestra atención mental se dirigirá hacia el lugar al que miramos. Nuestros ojos son uno de los vehículos a través de los cuales el cerebro entra en contacto con el mundo. Por lo tanto, los procesos visuales tienen un profundo impacto en el desarrollo cerebral y los drishtis usan los procesos visuales para ayudar a equilibrar funciones cerebrales como memoria, percepción y la habilidad para crear quietud mental. El hecho de colocar la mirada de forma que se sienta sostenida y descansada durante la practica de yoga es un soporte fundamental para ayudar a que la mente se serene.
Habrás notado que, a veces, al pensar una respuesta o intentar recordar algo, los ojos se dirigen hacia arriba a la derecha o a la izquierda en un esfuerzo por acceder a información almacenada en nuestro cerebro. Cuando suavizamos la mirada y la mantenemos estable en un punto, también lo hace la actividad mental. Relajar los ojos y colocar las palmas de las manos sobre ellos unos segundos son suficientes para aliviar la tensión mental.
En el contexto de ashtanga yoga entrenamos la mirada para que ésta permanezca estable, clara y centrada mientras nos movemos en sintonía con la respiración independientemente de lo que esté sucediendo en nuestra mente.
La unión de movimiento, respiración y mirada crea un contexto muy poderoso para que la mente deje de presuponer, sacar conclusiones, opinar o emitir juicios de valor y se vea inmersa en un estado de concentración de lo que sea que esté aconteciendo en ese instante. De esta forma movimiento, pensamiento, sentimiento y sensación se unen de forma inteligente y efectiva. No tiene mucho sentido estar en una postura de yoga mirando a todas partes y permitiendo que la mente divague sin parar.
Mantener un punto de atención estable es una forma efectiva de mantenerte en el momento presente. Dentro y fuera de la práctica de yoga.
Fuentes:
The Art of Vinyasa. Richard Freeman y Mary Taylor
