O cuando menos es más.
Este fin de semana pasado he tenido la suerte de disfrutar de las enseñanzas de mis profesores José Carballal y Rafa Martínez en Mysore House Madrid.

De disfrutar del yoga puro, sin florituras. De disfrutar de la pequeñez de papel juegan las posturas en comparación a la inmensidad del camino que tenemos por delante. De disfrutar de dos maestros con una experiencia extensísima en ashtanga yoga , a los que su fama de estrictos y tradicionales les precede, y que son una muestra de humildad y cercanía que te desarman.
Aquí me gustaría hacer un aparte para puntualizar porqué me atrapa la práctica de ashtanga yoga cuando lo que yo enseño es vinyasa flow. Los dos sistemas se basan en mantener un movimiento constante de la energía. El ashtanga no admite más variantes que las que te imponga tu condición física. No hay creatividad, no hay música. El vinyasa flow es una vía de expresión creativa y el ashtanga yoga de recogimiento de sentidos hacia dentro. Son dos sistemas que te conducen al mismo lugar, hacia el reencuentro contigo mismo y al cese del parloteo mental.
Dicho lo cuál, si bien necesito expresarme y acercarme a la práctica desde la creatividad y el movimiento, el sistema de ashtanga me pone los pies en la tierra. Cuando no tienes dos clases iguales, ni dos días iguales y cuando la creatividad es tu herramienta de trabajo, vida y expresión, necesitas tocar tierra. Ashtanga yoga me proporciona la estabilidad necesaria para mantener la conexión con mi fuente de creatividad y expresión y que desde ahí, pueda convertirme en una herramienta de transmisión para los alumnos.
Volviendo al fin de semana pasado, he de decir que la práctica fue fabulosa pero lo mejor fueron las reflexiones de después. Un ejercicio de comprensión, de puesta en común, de indagar entre todos los que estábamos allí qué significa la práctica para cada uno y en definitiva porqué y para qué practicamos.
Redescubriendo una y otra vez cómo las asanas son una parte, sólo una, de un sofisticado sistema que te hace mirarte de frente una y otra vez. Jose comentaba que el tema de las posturas es como el del burro detrás de la zanahoria, porque en cuanto tienes una postura, llega otra, y después otra y luego otra…..Sharaht Jois decía hace poco que nuestra fijación por la asana termina resultando casi infantil, porque hay tantas asanas como personas en la tierra……. Si basas en eso tu práctica serás caldo de cultivo de la frustración y probablemente te termines quemando o aburriendo.
Se trata de en lugar de cultivar frustración, cultivar la inteligencia necesaria para dar tu máximo y ser tu mejor versión sin pasarte. Intentar manejarte en el delicado equilibrio entre la exigencia y la indulgencia. Detectar qué tipo de energía domina durante la práctica: ir a por todas, abandonar a la primera resistencia o tomármelo como un juego y que me de igual.
La gran pregunta es plantearse si pretendes que tu práctica de Yoga se mantenga toda tu vida, o estás sólo de paso. Si puedes seguir trabajando para indagar sobre las sutiles fuerzas que mueven los hilos del delicado equilibrio entre ir al máximo con cariño y respeto hacia ti mismo sin tomártelo demasiado en serio conseguirás llevarte la práctica hacia donde de verdad tiene sentido, a tu día día, a tu vida, a tus relaciones con los demás.
En definitiva te ayudara llevar una vida un poco mas plena, calmada y feliz.
Y tú
¿Porqué practicas?
¿Quieres que tu práctica te acompañe toda la vida?
Me encanta leerte, muchas gracias ❤🙏🏻
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Muchas gracias a ti por estar ahí 😊🙏
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Gracias profe!
Enviado desde mi iPhone
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Muchas gracias a ti por estar ahí!
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Gran reflexión Almudena.
Aunque solo llevo 2 meses en la práctica del yoga, para mi ha sido un gran descubrimiento, y de casualidad, y mi profesora Mila está consiguiendo que me enganche cada vez más.
Tu blog también he comenzado a leerlo hace poco, empezando por la entrada más antigua.
Un saludo desde Almeria, Francisco.
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¡Cuánto me alegro! El yoga es una filosofía maravillosa que nos puede hacer mucho bien. No es un camino fácil pero ¿merece la pena!
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