“śraddhā es la convicción fuerte y firme de que la verdad existe y puede y debe ser alcanzada. Con esa actitud positiva como base, el fracaso es imposible” (Swami Vishnu Devananda).
śrāddha श्रद्धा es una palabra en sánscrito que se traduce como Fe. La habilidad para confiar, entendida como la capacidad para mantener la calma ante el no saber o ante la incertidumbre.
Esta palabra contiene la misma raíz, «hrd», que la palabra para corazón, hrdaya, de esta raíz se deriva la palabra heart y también el griego kardia (*krd-ei-). Así entonces tenemos la palabra latina para fe, «credo», que proviene de esta misma raíz y significa literalmente «poner tu corazón» en algo. El poder de la fe, entonces, debe de ser un poder que viene del corazón. Actuar o mirar desde el corazón hace que aparezca en el mundo eso a lo que le tenemos fe. Según el traductor George Feuerstein:
En las tradiciones espirituales de la India, como en otras, el “corazón” se refiere no tanto a un órgano físico como a una estructura psicoespiritual correspondiente al músculo del corazón en el plano material. Este corazón espiritual es celebrado por yogins y místicos como el asiento del Ser trascendental. Se le llama “hrid”, “hridaya” o “hrit padma” (loto corazón). Usualmente se refiere a él como la cueva secreta (guha) en la que el yogin debe someter su mente. En algunas escuelas, como en el shivaísmo de Cachemira, la palabra hridaya aplica también a la Realidad Última. (fuente)
Mantener la calma ante el caos que puede llegar a producir la incertidumbre no es tarea fácil. Nuestro ego se resiste porque de alguna forma necesita saber qué va a pasar después, qué viene a continuación, cuál va a ser el resultado. Especialmente en tiempos difíciles.
En el ámbito científico el psicólogo de la Universidad de Harvard, William James, dijo: «la fe no sólo es lícita y pertinente, sino esencial e indispensable… tales verdades no se vuelven verdaderas hasta que nuestra fe las ha hecho así». James sostenía que se utilizaba una «escalara de la fe» para «unirse y adherirse a nuestras visiones» y al pensar que algo «podría ser verdadero en alguna parte» uno entonces realiza una operación del intelecto para investigarlo y ver si es verdad «aquí y ahora».
La curiosidad es un bonito motor que nos puede ayudar a sostener la Fe. Tomar el papel del niño que se asombra ante el misterio, no se deja apabullar por él, y a partir de ahí observar. ¿Qué me encontraré ahi…..? A medida que crecemos vamos ganado muchas cosas importantes como la experiencia pero al mismo tiempo perdemos otras fundamentales como la inocencia.
La práctica de yoga nos proporciona innumerables ocasiones para desarrollar la fe y nuestra capacidad para confiar en el proceso. Hay periodos en los que todo fluye de forma orgánica y natural pero de vez en cuando, al cabo de unos meses o al cabo de unos años pueden aparecer verdaderas crisis de confianza. Y aquí es donde śrāddha ocupa un lugar.
En el estado de no saber no hay una estructura que nos sostenga y en ese “vacío” lo que queda es la experiencia en sí. Y la entrega.
Isvara Pranidhana es el quinto niyama (Niyamas: pautas de comportamiento personal que facilitan nuestra interacción con el mundo exterior) y se traduce como rendirse o entregarse a Ísvara o Dios. Si no creemos en Dios, Isvara Pranidhana se traduce como rendirse o entregarse a lo desconocido. Es decir, desconocemos el resultado final de nuestras acciones independientemente de lo definido que sea nuestro plan o de las buenas intenciones con las que emprendamos dicha acción el resultado final puede ser inesperado.. El grado de esfuerzo que empleamos para emprender algo y llevarlo a término es limitado y entonces, llega un momento en que hay que soltar y confiar en que algo o alguien se ocupará de llevarlo a término. Lo mejor entonces es hacer lo que tengamos que hacer de la mejor forma que sepamos/podamos sin preocuparse por el resultado.
“El disciplinado entrega al fruto de la acción y alcanza la suprema paz. El no disciplinado que se apega al fruto de la acción, queda encadenado por la acción realizada por deseo.” Bhagavad Gita
Si cada día que desenrollamos la esterilla lo hacemos con la intención de no obtener ningún resultado estaremos trabajando las cualidades que construyen la entrega y el desapego. Es decir, nos estamos liberando de nuestra incapacidad de vernos tal y como somos en realidad. Sólo así es posible conectar con el yo interior al que venimos a honrar durante la práctica. Dejandose llevar por la experiencia del proceso y quizás ahí empezar a paliar nuestra primera causa de sufrimiento: no saber quiénes somos en realidad. Lo que viene a continuación es un Acto de Fe en el que nuestra mente busca finalmente terminar diluyéndose en nuestro corazón. El lugar en el que se encuentran todas las respuestas.