Si me das a elegir entre usar crema o aceite para nutrir la piel, siempre elegiré aceite.
No soy una especialista en aceites vegetales pero llevo utilizándolos muchos años (coco, jojoba, almendras, ricino, arnica, brocoli, rosa mosqueta, onagra, oliva) solos, mezclándolos entre sí, con manteca de Karité o cremas, con aceites esenciales, para el cuerpo, la cara, el pelo….
Su uso y aplicación me ponen en contacto con una parte que siento orgánica y natural y me encanta reservarme ese tiempo de reconexión y cuidado personal a través del automasaje.
Hace unos días di por casualidad con el término Abhyanga (literalmente “untado en aceite”), una de las técnicas básicas e imprescindibles del Ayurveda. Es uno de los masajes más completos que existen en el que se utilizan diferentes tipos de aceites y en el que de acuerdo a la tipología de la persona se emplean unos u otros dependiendo del fin que se persiga: calmante, energizante, lento, vigoroso. Es un masaje de cuerpo completo que ayuda a movilizar los músculos, oxigenarlos, activa la circulación y flujo energético, reequilibra el sistema nervioso, mejora el funcionamiento articular, elimina toxinas, estimula el sistema linfático.
Por otro lado, hace poco una compañera practicante de ashtanga yoga me comentó que ella se aplicaba aceite de ricino después de cada práctica y que apenas tenía molestias musculares.
Sri K Pattabhi Jois recomendaba aplicarse “baños” de aceite de ricino los sábados por la mañana (en la tradición de ashtanga yoga la práctica de asana se realiza de domingo a viernes y el sábado es el día de descanso), o el día de descanso escogido. Este aceite produce calor, favorece la desinflamación, ayuda a movilizar las articulaciones y a liberar toxinas tanto de los órganos internos como de la piel.
Con esta información muy presente hace un par de semanas decidí darle una vuelta al uso que hago de los aceites y empecé a aplicármelos ANTES de practicar. Puede dar la impresión de que darse aceite antes de colocarse en la esterilla no es muy buena idea por lo que conlleva….. pero todo lo contrario. Me ha ayudado y mucho.
No tiene que ser una generosa aplicación de aceite en todo el cuerpo. El masaje durante la aplicación ayuda a activar circulación, moviliza tejido conectivo y las articulaciones (aunque sea un masaje ligero). En estas últimas la aplicación se realiza con movimientos circulares favoreciendo el riego sanguíneo hacia dicha articulación.
Este sencillo gesto tiene una gran repercusión en el sistema linfático, ya que la linfa sirve de intermediario en los cambios nutritivos entre la sangre y los tejidos y su movilización ayuda a eliminar exceso de líquidos y toxinas.
Pero lo más importante quizás es que cada vez que nos damos un masaje a nosotros realizamos un bonito gesto de cariño a través del cuál creamos nuevas conexiones con nuestro cuerpo.
– ¿Cómo lo aplico?
ANTES DE PRACTICAR
Empiezo por el cuello, garganta, hombros, pecho y parte alta de la espalda. En el abdomen realizar movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj. En brazos y piernas los movimientos son ascendentes, hacia el corazón. En las articulaciones los movimientos son circulares. Si notas una zona que necesita especial atención (en mi caso estos días es la rodilla izquierda y la articulación sacroiliaca) dedícale un tiempo extra. No hay que usar mucha cantidad, un poco de aceite es sufciente con lo cuál no hay que temer la sensación “pringosa”. Llega a convertirse en un gesto meditativo que me ayuda a llegar a la práctica mucho más centrada y conectada con las sensaciones internas de ese momento.
TRAS EL BAÑO O LA DUCHA
Mismo procedimiento pero con más profundidad dedicando un momento extra a pies y plantas de los pies. Algunos días antes de la ducha me doy un buen masaje craneal, aplico aceite en todo el pelo (coco sólo o mezclado con jojoba o brócoli) y lo dejo actuar unos 30 minutos.
- Qué aceites utilizo
Aceite de ricino (castor oil) para articulaciones, arnica para relajar musculatura tensa en hombros y zona lumbar y coco o jojoba para todo el cuerpo (mezclado con gotas de aceite esencial de cirprés para la circulación). Pero puedes utilizar cualquiera que sientas te va bien. Por sus propiedades antiinflamatorias y calmantes los que he mencionado son los que mejor me van. Los de Pranarom son excelentes.
Por supuesto es una experiencia personal que has de adaptar a tu ritmo y momento. Pero intenta darle una oportunidad al menos una vez a la semana. El efecto que tiene en el sistema nervioso es inmediato y en mi caso particular he notado una gran diferencia en la sensación física tanto en musculatura como articulaciones durante y después de practicar.
Pero sobre todo ten en cuenta que los actos de amor hacia uno mismo, nunca están de más.
Gracias Almudena por tan sencillo pero importante post! Me encantó eso de «que los actos de amor hacia uno mismo, nunca están de más.»
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¡Muchas gracias! Es tan importante tener en cuenta la importancia tan enorme de los pequeños gestos.
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