El descanso es parte de la actividad y cuando nos damos la oportunidad de regenerarnos desde dentro nuestro cuerpo y nuestra mente lo agradecen de forma inmediata devolviéndonos energía renovada, calma y conciencia.
Si no sabemos parar a tiempo el propio cuerpo se ocupará de hacerlo a través de dolencias o manifestando cansancio. Nos da la impresión de que estos momentos llegan sin avisar pero seguramente ha habido señales previas que no hemos sabido interpretar. Cuando esto sucede, simplemente ríndete a lo que es y déjate llevar (no es nada sencillo)
Hace unos días me levanté con fiebre, con un dolor de cabeza monumental, la garganta ardiendo y el cuerpo dolorido. Hacía mucho tiempo que no me sentía de esta forma, años quizás, y me pilló totalmente por sorpresa. Lo único que podía hacer era dejarme llevar por mi respiración. Mi mente se resistía contra el malestar físico rechazándolo, pero mi cuerpo continuaba su proceso.Paradójica desunión mente-cuerpo ……..Sólo me aliviaba estar presente en mi respiración, en cada inhalación y en cada exhalación
Meditación
Me acordé que Meghan Currie tenía una meditación en Oneoeight llamada Relax and Expand que ya había hecho en algún momento de mucho cansancio. Está dirigida a recargarte en momentos de gran fatiga, y durante 30 minutos te va guiando hacia lo más profundo de tu malestar zambulléndote en la experiencia física de lo que estás sintiendo en ese momento. Es muy intenso porque precisamente nuestra tendencia es a negar y rechazar lo que nos produce incomodidad o malestar, pero muy interesante ser consciente de la experiencia en su totalidad. Visualizando todas las partes de tu cuerpo e identificando el dolor, el cansancio y dando permiso a esa experiencia a que se manifieste. Entonces se produce un efecto rebote, un resurgir de la experiencia en la dirección opuesta, propiciando el alivio o el descanso. Es como bajar a lo mas profundo del océano para coger impulso y elevarte así a lo más alto. Cuado tienes la capacidad de poner tu atención en solo una cosa desarrollas la habilidad de conseguir un resultado, desde aliviar el dolor o disipar el cansancio. Y cuanto más lo practicas,más sentido tiene y mejores resultados se observan.
Alimentación
Durante esos días presté especial atención a alimentación, dando gran protagonismo a la cúrcuma, una especia de la india con reconocidas propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y que refuerza el sistema inmunológico (entre más cosas maravillosas). Varias tazas de té de jengibre, miel, limón y cúrucuma al día, caldos, cremas de verduras, ensaladas a los que también añadí cúrcuma, alimentos frescos que me proporcionasen calorías pero sobre todo minerales y vitaminas como aguacate, semillas chía, plátanos, naranjas.
Yoga y Respiración
No era el momento de vigorosas secuencias de yoga dinámico y vinyasa flow. La siguiente secuencia me ayudó a permitir que la energía se desbloquease y fluyese a través de la atención en las sensaciones físicas y la respiración.
Túmbado boca arriba, coloca un bloque, almohada o manta enrollada debajo de la espalda, justo donde terminan los omóplatos para que el pecho se eleve sin hacer ningún esfuerzo y la zona cervical se extienda mantiendo una curva suave. Las piernas separadas el ancho de la esterilla y flexionadas con los pies en el suelo dejando que las rodillas se junten en el centro. Mantén respiraciones amplias y profundas.
Volcando sobre el antebrazo en un costado, retira el soporte de debajo de la espalda y túmbate con la spiernas estirdas. Separa las piernas más del ancho de la estirlla y estira los brazos por encima de la cabeza en. Ahora, sin mover la pierna izquierda, cruza el pie derecho sobre el izquierdo y con la mano derecha busca la muñeca izquierda. Tu cuerpo sobre el suelo tendrá forma de arco o de banana, de esta forma darás apertura al costado izquierdo. Mantén 15 respiraciones y cambia de lado.
Vuelve al centro y separa las piernas el ancho de las caderas. Flexionalas apoyando los pies en el suelo. Coge una cinta y estirando la pierna derecha pasa la cinta por debajo de la planta del pie mantiendo la pierna estirada y los hombros y el cuello relajados. Mantén 8 respiraciones.
Estira la pierna que está sobre el suelo y sujeta los dos extremos de la cinta con una mano. LLeva la pierna estirada hacia el lateral. Mantén 5 respiraciones.
Repite todo con la otra pierna y a continuación lleva las dos piernas estiradas hacia arriba pasando la cinta bajo las plantas de los pies. Mantén 20 respiraciones.
Suelta y estira las piernas sobre el suelo colocando los bazos extendidos a los lados del cuerpo. Busca una posición agradable sobre el suelo y mantén unos 5 minutos.
Para salir, déjate caer sobre el costado estirando un brazo para apoyar la cabeza y con la otra mano sobre el suelo. Quédate unas 5 respiraciones aquí.
Con la ayuda de las manos siéntate y tómate unos momentos para reconocer tu estado y continuar con tu día desde la atención y la calma, reconciliándote con lo que es.
Gracias.
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