Hace unos días publiqué un post en Instagram cuya intención era subrayar que la motivación que en un primer lugar nos puede acercar al yoga puede terminar desembocando en una realidad bien distinta.
Digamos por ejemplo que ahora que el verano está a la vuelta de la esquina una de mis inquietudes principales es la de tener una «dèrriere» perfecta.
Supongamos además que , dado que el yoga está de moda, tu búsqueda en Google se define como «Yoga para un culo perfecto». Has visto que las y los yoguis que pueblan las RRSS posando en posturas increíbles lucen además un cuerpo fabuloso, de lo que deducimos que efectivamente el yoga puede ser el medio para conseguir tal fin.
Quede claro que todo son suposiciones pero que quizás, se correspondan con alguna realidad. Si no es esta, parecida.
KLESHAS
De nuestra inquietud por lucir una trasera de escándalo nos vamos a las cinco causas de aflicción que de acuerdo a los Yoga Sutras de Patanjali producen sufrimiento al ser humano: (a ver luego cómo hilamos con lo de más arriba…)
Hay una palabra en sánscrito que define este estado de desidentificación y se denomina AVIDYA: VIDYA es conocimiento y A es ausencia de. Se suele traducir como ignorancia puesto que desconocer nuestra naturaleza esencial nos convierte precisamente en ignorantes. La consecuencia de ese desconocimiento es que empezamos a crear una historia sobre quién soy, lo que conduce a……
ASMITA. Si no se quien soy, busco mi identidad en otra parte. Y empezamos a crear esta narrativa desde que somos muy pequeños. La narrativa se afianza a medida que crecemos, sea cual sea la experiencia, agradable, desagradable. Si vivimos experiencias difíciles cuando teníamos 4 años, eso va determinar cómo interpretamos las circunstancias cuando tenemos 11 o 12 años, y cuando somos adolescentes, estaremos creando historias sobre nosotros sin remotamente asociarlo a las experiencias que vivimos cuando éramos pequeños, experiencias sobre las que no teníamos ningún control pero que aún así, permitimos formasen nuestra historia. Es decir, Asmita es la narrativa que creamos sobre nosotros cuando no sabemos quiénes somos. Y esta narrativa está basada en:
RAGA, las cosas que nos gustan y nos producen placer y DVESA apego a los que no nos gusta, a lo que rechazamos.
ABYNIESA: miedo a desaparecer más que a morir, porque cuando morimos no todo lo asociado a nosotros, desaparece. De alguna forma la práctica de yoga conduce precisamente una forma de disolución: la del ego.
KLESHAS y todo lo que nos hace más humanos que yoguis
Todos los que estamos en esto compartimos, en mayor o menor medida, una condición similar: crisis de identidad. Este hecho da lugar a que no seamos capaces de ver la realidad tal y como es, sino tal y como somos, es decir, en base a nuestras experiencias previas. Dependiendo de cómo haya sido educado, cuál haya sido mi entorno, mi condicionamiento, lo que he aprendido……..el vaso con agua hasta la mitad me parecerá medio lleno o medio vacío, abundancia o carencia, veré la lección o el fracaso, seré responsable de mis actos o haré responsables a los demás.
La controversia que está generando la proliferación mediática del yoga es un fenómeno que interpretaremos , como el,resto de situaciones y escenarios en nuestra vida en base a una experiencia personal. Lo veremos como una amenaza a la esencia o como una oportunidad de expansión y crecimiento de esta filosofía. Y siendo lo más objetivos posibles se puede afirmar que en este espacio las dos realidades se están dando: el yoga se ha hecho VISIBLE y gracias a ello llega a mucha más gente , y parte de la esencia se está desvirtuando de manera alarmante a veces.
Pero una realidad está clara, sea cuál sea el motivo la magia del yoga suele ganar en muchos casos. Y si no lo hace, mover tu cuerpo y respirar de forma adecuada siempre será una ventaja.
La práctica te va desvelando cada día el efecto que en ti tienen tus verdaderas aspiraciones y cuando eres capaz de mantener una escucha compasiva, respetuosa y consciente, capa a capa te iras descubriendo. Cuando eres capaz de conectar con tu esencia aunque solo sean durante unos segundos cada vez, experimentarás la ligereza y bienestar que eso produce. No ha que buscar nada, porque todo está ahí.
Pero la única forma de llegar a ese estado de reencuentro, aunque sea a ratitos, es mantener una práctica continuada en la que cualquier expectativa se diluya en el proceso…... y uno descubre entonces que lo de verdad estaba buscando era YOGA PARA REENCONTRARSE CON UNO MISMO.
De verdad que merece la pena.
PD Sobre lo que nos hace más humanos que yoguis, los leggings de la foto son un modelo de hace unos años de Teeki . Después de tiempo intentando localizarlos los encontré por fin en la tienda online Sea Yogi