Mis Esterillas de Yoga

Mi primera aproximación al yoga fue a través del mundo del deporte. El yoga era una actividad física más que completaba mi rutina deportiva. Quizás por ese motivo la esterilla de yoga no era una prioridad, no era muy consciente de lo que suponía y con tener un espacio donde moverme y una alfombra o toalla para tumbarme era suficiente. Tardé bastante en adquirir una. Era de Decathlon y los 15€ que pagué por ella  ya me parecieron una súper inversión!

Pero justo en ese momento, cuando empecé a practicar en mi esterilla nueva mi relación con la práctica también empezó a cambiar. Cada vez que desenrollaba la esterilla (que compré de mi color favorito, verde) entraba en un espacio que sólo me pertenecía a mi. Había iniciado mi camino de reencuentro y transformación sin haber sido muy consciente de donde metía ni  hacia donde me dirigía y sentía que ese espacio rectangular de color verde me daba la bienvenida e iba recogiendo práctica a práctica los pasos que iba dando. Un espacio y un lugar especial.

Era (es, pero ya no la uso porque la pobre está irrecuperable) de PVC con pequeñas protuberancias en forma de cuadraditos que usé durante unos dos años en una época en la que mi práctica no era prioridad. La siguiente a esa fue otra del mismo formato de color berenjena y la siguiente otra igual de color gris. Con estas dos últimas la práctica ya era diaria.

La gris la perdí, pero las demás las conservo porque siento que todas recogen partes de un proceso muy importante.

Desde que empecé han salido muchísimos modelos de este formato en un rango de precio alrededor de 13-25€ y las tienes en Reebok con diseños muy chulos, Casall, y en la web de Yoga.es. Este tipo de esterillas son ligeras, miden alrededor de 172 cms de largo y unos 60 de ancho y son perfectas para iniciarte o mantener una práctica más o menos habitual.

La principal pega es el tema de la transpiración y de resbalar, aunque te diré algo, a medida que avanzas en tu práctica el tema de resbalar cada vez tiene menos importancia porque aprendes a ajustar y a repartir mejor el peso de tu cuerpo sobre el suelo. Es decir, el material de la esterilla ayuda, pero el papel más importante lo juegas tú y tu conciencia corporal.

La oferta en el tema de las esterillas, como en casi todo, se nos ha ido un poco de las manos y nos podemos volver lo locos que queramos. Igual que tardé mucho en comprarme mi primera esterilla, no sentía que fuese necesario invertir más dinero en una de las “pro” puesto que las anteriores me habían dado muy buen resultado. Sin embargo el año pasado volví a dar otro paso e invertí en varias esterillas que me tienen fascinada.

Mis esterillas de Yoga:

Manduka Eko Lite 3mm

Fabricada en Alemania , es de caucho natural biodegradable y tiene dos capas distintas, una antideslizante y otra para amortiguación. Las hay desde 5 a 3 mm de grosor. La escogí de 3 mm para que fuese más fácil de transportar puesto que pesan bastante y la quería para practicar en casa y llevar al estudio. Esta pesa 1,9 kgs y mide 80cm x 61 cm.

Liforme Yoga mat

Está en todas partes. Han hecho una campaña de marketing brutal y casi todos los yogis famosos tienen una. Cada vez que subo una foto a las RRSS con ella recibo un montón de mensajes preguntándome por ella. El material es caucho natural y eco poliuretano y está fabricada en China. Es muy grande y muy cara (120€), tiene 4,2 mm de grosor, pesa 2,5kgs. Y mide 185cmx68cms. Tienen la versión de viaje que mide igual pero es de 2mm y 1,8 kg (que para ser de viaje no es la más ligera ni la más fácil de llevar). Tiene un tratamiento antideslizante que con el tiempo y el uso se van perdiendo.

No tengo muy claro cuánto tiempo podrá  mantenerse en perfectas condiciones. Por un precio parecido está la manduka pro black con garantía de por vida.

Ahora bien. Es la más bonita y la más gustosa de todas. La primera vez que la vi fue en los videos de Kino McGregor antes de que se hiciese tan popular. Me quedé fascinada con el color verde y con el diseño. Luego todo el mundo parecía tener una y hablaban maravillas, aunque también había algunas reservas como las dudas sobre su durabilidad , pero terminé cayendo y comprándome una. Me gusta mucho para practicar y es la que termino usando una y otra vez. Agradezco la amortiguación, las dimensiones, la suavidad del material, me encanta el diseño y la verde es mucho más bonita en directo que en las fotos. Ahora bien, es una inversión.

Jade Yoga Voyager Mat

La mejor de todas para llevártela a todas partes y si colocas otra esterilla debajo o una alfombra (para mi gusto y uso es muy fina) la puedes usar para tu práctica diaria habitual. No pesa casi nada, es de 1,8 mm de grosor y mide 172 cms. También de caucho natural está fabricada en Estados Unidos y por cada venta plantan un árbol (como curiosidad). Para mi, es la menos antideslizante de todas (incluida la liforme) y tienen su versión de más grosor, la Harmony.

No puedo pensar en algo mejor para el yogi itinerante que no quiere ir cargado con la bolsa y la esterilla al hombro. Doblada no ocupa nada.

No es tan fascinante a simple vista como la liforme o tiene tanta variedad de colores y modelos como la manduka pero sinceramente la encuentro perfecta.

Todo lo anterior es mi experiencia personal con la esterillas de yoga. De las tres últimas no te puedo decir con cuál me quedaría porque todas tienen algo que la anterior no tiene. Sí veo importante que tu espacio de práctica te inspire. No tengo un lugar concreto donde practicar, ni llevo conmigo un pequeño altar. Llevo mi práctica a muchos sitios distintos y lo que no cambian son ellas. Mi altar son mis esterillas y lo que evocan cada vez que las desenrollo. Por eso sí le doy importancia a que escojas una que te guste, por el color, la forma, el material. Porque el proceso que tiene lugar ahí es muy especial.  Y quizás porque he tardado mucho tiempo en darme cuenta del papel tan importante que ocupan las esterillas ahora las valoro mucho más.